viernes, 29 de agosto de 2008

EL APRENDIZAJE POR DESUBRIMIENTO




María, una niña de dos años y medio, jugaba aquel día con pinturas de dedos. Tenía un enorme trozo de papel de embalar blanco en el suelo de la sala i también las pinturas (amarillo, rojo, azul y blanco). La consigna que di a los niños fue : “Hoy jugamos a pintar con los dedos y las manos en el papel”.
Ella, entusiasmada con este juego, repetía distraidamente el nombre de los colores, Vemell’(rojo) ........ ’Bau’(azul) ....... `Ve-mell’......mientras dejaba su trazo sobre el papel. Poco a poco fue mezclando dos colores y, como por arte de magia, encontró un nuevo color al que bautizó como: Baumell ¡!!
Después, ella jugaba a las casitas cuando se acercó hacia mi con una sonrisa de oreja a oreja y me dijo mostrándome su muñeco: “Este tiene el pelo Baumell”. Su muñeco tenía el pelo de lana Lila.


REFLEXIONES

Me pregunto cómo educar de manera que se posibilite al máximo el aprendizaje por ‘descubrimiento’. Para mi son éstos los aprendizajes realmente significativos para uno mismo. Mi experiencia me dice, desde el juego, jugando. Pero no todos los juegos o propuestas lúdicas se refieren al juego que permite al niño, aunque no sea siempre tan evidente como en el relato de María, descubrir algo nuevo. Es desde el juego no dirigido cuando se da la posibilidad al niño/a (también a los adultos) para conectar con su mundo interno, sus intereses, sus inquietudes, deseos, Motivaciones! No se trata de entender, saber o encontrar qué se ‘descubre’, la importancia está en posibilitar el juego creativo. Hay ‘descubrimientos’ que no son evidentes, pequeños cambios que van por dentro de uno, pequeñas transformaciones...no por eso menos importantes!!!
El descubrir se da desde el no saber (curioso ¿no?), a menudo desde la distracción y la sorpresa. Es cierto que necesitamos unas directrices básicas que nos orienten y nos den un margen de contención, unos límites (suficientemente anchos) para que pueda darse el juego creativo. No se trata de dirigir el juego, más bien todo lo contrario, es decir, dejarse jugar sin objetivo, por el placer de jugar.
La propuesta del taller era: “Hoy jugamos a pintar con los dedos y las manos en el papel”... Yo no tenía ni idea de lo vendría después. Pasan cosas sorprendentes.... Aprendo mucho!

Inés Cullell Falguera
Psicóloga Clínica